Los especialistas en adicciones distinguieron cuatro fases de la adicción en el caso del juego. Los describiremos brevemente a continuación.
Una fase ganadora que comienza jugando un juego ocasional y fantaseando con grandes ganancias. Cuando aparecen grandes ganancias, el jugador se emociona cada vez más, juega cada vez más por apuestas más altas. El jugador pierde el sentido común y comienza a creer que siempre ganará. Incluso en el caso de ganar grandes cantidades de dinero, no deja de jugar, sino que cree ciegamente en las próximas grandes ganancias.
Fase de pérdidas, que en el caso de un jugador de alto riesgo puede ser muy severa. Comienzan los altos intentos de endeudamiento y reproducción y, en caso de éxito, las ganancias se destinan al pago de las deudas. El jugador juega a expensas del trabajo y la familia, pero trata de ocultar su adicción todo el tiempo. También se caracteriza por una creencia constante en la próxima “gran victoria”.
Una fase de desesperación marcada por la separación de la familia y los amigos, a menudo la pérdida del trabajo y el aumento de las deudas. Una fase muy estresante y nerviosa en la que la presión de los acreedores a menudo lo empuja hacia la delincuencia. El jugador siente agotamiento psicológico, finalmente hay remordimiento, culpa, impotencia y, a menudo, depresión.
Fase de pérdida de la esperanza, en la que la única opción razonable es buscar ayuda de especialistas. De lo contrario, se escapa a otra adicción, por ejemplo, alcohol o drogas, prisión, muerte por suicidio o a manos de los acreedores.
Es importante reconocer el problema y comenzar el tratamiento lo antes posible. Si nota problemas similares en usted o en sus seres queridos, asegúrese de buscar la ayuda de un especialista.