Es difícil responder a esta pregunta de manera inequívoca. Esta adicción es significativamente diferente de adicciones como el tabaquismo o el alcoholismo. En el caso del juego, no nos volvemos adictos a las sustancias, sino a las actividades. Alternativamente, podemos hablar de la adicción a la adrenalina, pero es bastante difícil reemplazar el juego por el puenting.
Una cosa que se puede decir con certeza es que es más fácil volverse adicto a los cigarrillos que a las apuestas deportivas. Una pequeña proporción de las personas que hacen su primera apuesta algún día se volverán adictas al juego, mientras que la mayoría de las personas que compran su “primer paquete” se volverán adictas a la nicotina. ¿De dónde salieron estas conclusiones? Por experiencia (no solo mía).
Hay personas que han estado jugando toda su vida y nunca ha interferido con sus vidas personales. Hay algunas personas que juegan al póquer por dinero y se han mantenido dentro de los límites de los perdedores (por ejemplo, el 10% del salario) durante años. Del mismo modo, a algunas personas les gusta jugar juegos de máquinas en un pub o visitar un casino, pero lo hacen todo con la cabeza fría y se apegan a sus reglas.
Sin embargo, la adicción al juego no debe subestimarse. A menudo, las personas que piensan que son mentalmente fuertes caen en esta adicción y, por lo tanto, pierden a sus esposas e hijos. En comparación con la adicción a la nicotina, esta adicción es menos común, pero sus efectos económicos y sociales a menudo pueden ser mucho más terribles.